Crónicas de un molino maravilloso
Una odisea de pasión y renacimiento
Sumérgete en la historia centenaria de nuestro querido Molino, un testigo inmutable del paso del tiempo y de las peripecias de la historia. Sus raíces se remontan a la Edad Media, construido en 1608 por la Diócesis de Estrasburgo. Destruido durante los estragos de la Guerra de los Treinta Años en 1622, se levanta orgullosamente en 1629, ya asentado en una extensa propiedad de 2 hectáreas, llena de vida con su estrujadora de cáñamo, sus pastizales y sus jardines.
En 1854, Sébastien Clauss, cautivado por este lugar encantador, decide alquilarlo y luego restaurarlo tras el incendio de 1868, dando así una nueva vida a la fuerza hidráulica del Molino con la creación de un aserradero. La apertura de una posada por su esposa en 1874 marca un giro decisivo, aportando un toque de hospitalidad cálida a este lugar impregnado de historia.
De generación en generación, la familia Clauss sigue cuidando esta joya, desde Charles hasta Alfred, perpetuando una tradición familiar donde la hospitalidad y la dedicación están en el corazón de cada acción. A pesar de las vicisitudes de la historia, el Molino siempre renace de sus cenizas, testimoniando la resiliencia y la determinación de quienes están ligados a él.
En 1981, Béatrice y Andrée Clauss, hijas de Charles, le dan una nueva vocación a este lugar, transformando la inactividad en un remanso de paz, un hotel de encanto innegable.
Desde 2018, Carole y Régis Anthouard han tomado las riendas del hotel, convirtiéndose en los guardianes de su valioso legado. Es con una pasión desbordante y una dedicación inquebrantable que trabajan cada día para insuflar una nueva vida a nuestro querido Molino.
Juntos, devuelven todo su esplendor a esta casa histórica, renovando cada rincón con cuidado y atención al detalle. Desde la restauración de los edificios hasta la creación de nuevos espacios, como el Spa inaugurado en el verano de 2021, Carole y Régis hacen todo lo posible por ofrecer a nuestros preciados huéspedes experiencias inolvidables en cada estancia. Como verdaderos apasionados, encarnan el espíritu familiar y la tradición de hospitalidad que hacen la fama de nuestro Molino.
1832 hasta hoy





Los Artesanos de la Época
El equipo del Molino perpetúa la magia
Somos mucho más
que un simple equipo…
Somos los guardianes
de su historia, los artesanos
de su hospitalidad.
Impulsados por un profundo apego a este lugar mágico, somos mucho más que un simple equipo: somos los guardianes de su historia, los artesanos de su hospitalidad. Cada sonrisa, cada gesto atento es testimonio de nuestro compromiso para perpetuar el legado y los valores que enriquecen nuestro Molino. Juntos, trabajamos con pasión y dedicación para ofrecer a nuestros huéspedes una experiencia auténtica e inolvidable, donde el bienestar y la convivialidad son los protagonistas. En el Molino de La Wantzenau, formamos una familia unida, lista para recibirles con todo el corazón y el alma que caracterizan a nuestra hermosa casa.


Christiane
de los sueños.
Ella te cuida hasta el amanecer.


Saphir
de la hospitalidad.
Guardían travieso de los secretos mágicos del Molino.


Olivier
y la cortesía.
Te recibe con una sonrisa cálida a cualquier hora del día.


Sophie
a medida.
Ella orquesta cada detalle para una experiencia memorable, del check-in al check-out.


Catherine
de los recuerdos.
Ella resalta los encantos del Molino mediante sus estrategias de comunicación.


Margaux
la nueva generación.
Ella te recibe con entusiasmo y profesionalismo.


Véronique
de los despertares gourmet.
Ella prepara desayunos continentales deliciosos y variados para que comiences bien tu día.


Dominique
secretos del Molino.
Se asegura de que cada engranaje funcione en armonía.


Jean-Marc
de los sueños.
Vigila sobre ti hasta el amanecer.


Elise
del día a día.
Ella se asegura de que\r tu refugio de paz\r siempre esté impecable.


Barbara
del capullo.
Ella se asegura de que cada habitación sea un refugio de serenidad y bienestar.


Christian
de los sueños.
Él vela por ti hasta el amanecer.


Déborah
del día a día.
Ella se asegura de que\rtu refugio de paz\rsiempre esté impecable.


Jennifer
del día a día.
Ella se asegura de que\rtu refugio de paz\r siempre esté impecable.


Jennifer
del día a día.
Ella se asegura de que\rtu refugio de paz\r siga siempre impecable.


Jesica
soleada.
Su sonrisa y su acento melodioso
iluminan tu llegada,
y hacen que cada estancia sea inolvidable.


Carole
y serenidad
Es con elegancia que convierte\r el Molino en un lugar\r donde cada detalle respira benevolencia.\r \r